Cabalgaron por el desierto, hicieron rudos circuitos de mountain bike y practicaron yoga y meditación. Los representantes chilenos de
De los 180 colaboradores sudamericanos de Coca-Cola que participaron de la travesía de tres días por el desierto de Atacama, cerca de 50 eran chilenos. “Es un número bastante grande para el país y el grupo fue bien diverso: de Chile fuimos personas de todas las áreas y edades, fue lindo ver gente con la que llevábamos años conociéndonos y otros con los nunca habíamos interactuado porque recién se venían incorporando a la Compañía”, explica Claudia Vera, del área de Marketing de Experiencias para Chile, Perú y Bolivia.
La experiencia fue parte del desafio One Team One Love, surgida en 2017 como una instancia motivacional cuando una bicicleteada de ocho días permitió estrechar lazos a los equipos de la Compañía entre Buenos Aires y Santiago. Esta vez el escenario fue muy diferente.
En las sesiones de cabalgata, circuitos de bicicleta y escalada, descensos en tablas de sandboard o sesiones de yoga y meditación, los chilenos siempre se integraron a equipos multinacionales, porque los seis equipos que se conformaron “fueron siempre pensados en ser multiculturales, así como cuando trabajamos en un proyecto de
Cuando había tiempo para descansar -después de comer o en las rondas de mate- las conversaciones permitían planificar la coordinación del equipo para la próxima actividad: definir quién iría adelante en la caminata, cómo hacer más eficiente el uso de los cambios de la bicicleta o simplemente disfrutar del impresionante paisaje desértico.
“Nos dábamos abrazos, se sentía el cariño. Era maravilloso conocernos después de habernos mandando mails planificando cosas durante un año, pero sin habernos visto la cara. Las actividades que hicimos permitieron además emparejar la cancha: el que era un súper VP en la empresa, se volvía un igual andando en bicicleta o al lado tuyo en un caballo. Era democrático, porque todos éramos iguales, aunque lleváramos un mes o 20 años trabajando”, relata la participante del team local.
Claudia Vera concluye entonces que actividades como las de One Team One Love “ayudan también a la agilidad del negocio, porque si te conociste en otro plano con las personas y generaste más cercanía, cuando te mandas un correo para superar una urgencia, la gente está más disponible que antes. Hoy en
Un desierto con menos residuos
En la línea de la iniciativa “Un Mundo sin Residuos” que
Para María José Henríquez, Legal & Regulatory Compliance Consultant, la experiencia de recolección de residuos fue muy positiva “porque nos ayudó a tomar conciencia de la importancia del reciclaje en el día a día y cómo todos podemos contribuir desde dónde estemos. Fue muy gratificante sentir que habíamos aportado con esta gran causa y lo mejor es que ¡lo hicimos en equipo!”.
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