Sobre un mesón lucen ordenadas las artesanías realizadas con material reciclado que confeccionaron las alumnas de cuarto medio del Centro Educacional Goyenechea de Renca. Las estudiantes están orgullosas por sus trabajos y, ahora también, porque ganaron el premio Interescolar de Reciclaje 2017 de Kyklos, la empresa B de educación medioambiental.
Estas artesanías son muestra de la campaña de reciclaje liderada por un grupo de jóvenes. “Iniciamos el emprendimiento de bolsas hechas con poleras y la idea creció rápidamente”, cuenta Dannae Navarrete, acompañada de Scarlett Cisterna, quien agrega: “En una feria navideña le propusimos a la gente cambiar su bolsa plástica por una reciclada por nosotras”.
“Siempre les entusiasmó la idea de incentivar a la comunidad de Renca para que dejara las bolsas plásticas. Querían generar conciencia y para hacerlo se fueron a la feria”, comenta el director del establecimiento, Segundo Flores. Las estudiantes lograron su objetivo porque detrás suyo ya había comenzado todo un trabajo medioambiental en el colegio.
A inicios de 2017, el plantel decidió asesorarse por Kyklos para integrar la cultura ambiental al aula. “Nos convertimos en un ejemplo porque no sólo aplicamos el programa que nos propusieron, sino que lo incluimos en el currículum”, explica Lorena Campos, encargada de convivencia escolar que asumió la coordinación interna del proyecto.
El nuevo enfoque se basó en que los alumnos cuidaran de sí mismos y de su entorno, desde la pre básica hasta la media. “Cuando en tercero básico estudian las plantas, por ejemplo, hacen el típico ejercicio del poroto en algodón, pero no se quedan ahí: después lo llevan al huerto y ven el proceso completo”, aclara el director. Para los más grandes, en tanto, se asocia la cultura medioambiental al emprendimiento, por el enfoque técnico-profesional del colegio.
Otra actividad fue “el desafío del cartón” que se propuso limpiar no sólo el colegio, sino la comuna. “Empezaron recogiendo cartones en la feria y al poco tiempo todos los niños andaban en lo mismo. Los más chicos insistían a sus papás y hoy los apoderados siguen trayendo al colegio el reciclaje del fin de semana”, cuenta Lorena.
La meta de ocho kilos de material por alumno se juntó rápido y hubo premios para los cursos que más reciclaron: plantar un árbol en el huerto sustentable, junto al invernadero que construyen con botellas recicladas. “El concepto no fue juntar cartones, sino salvar un árbol. Queríamos cambiar la mente de los niños. Los cambios en educación son lentos y pueden tomar hasta 20 años, pero este cambio cultural fue rápido y potente”, relata Segundo Flores.
Un premio con sello propio
Después de mucho trabajar y reciclar, el Centro Educacional Goyenechea de Renca resultó ganador del concurso organizado por Kyklos y
Como premio, los alumnos visitaron la Fábrica de la Felicidad de
Eduardo Rossel, coordinador de educación del programa Kyklos
Actualmente, Kyklos junto a
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