Con una donación de 10.000 litros de Powerade en polvo,
El personal que trabaja en los centros médicos está dando toda su energía para hacer frente a la pandemia: cumplen turnos extenuantes y trabajan sin pausas. Es el caso del Hospital Clínico San Borja Arriarán, hasta donde llegó un camión de
La ayuda se enmarca en un plan de apoyo a la red hospitalaria de Chile, por el que la Compañía ya ha entregado productos de hidratación a centros asistenciales de las regiones de Tarapacá, Atacama, Coquimbo, Valparaíso, Maule, Ñuble, Biobío, la Araucanía, Los Lagos y Los Ríos, además de municipalidades, centros de adulto mayor y comedores sociales.
Desde que se inició la pandemia,
Las cajas de Powerade fueron descargadas en el Hospital San Borja, donde el propio Director comenzó a distribuir los productos entre los auxiliares paramédicos que a esa hora estaban de turno en la unidad de atención coronaria, una de las áreas reconvertidas cuando el recinto se transformó en un centro de atención a pacientes críticos con coronavirus. Durante la entrega, además, el director agradeció uno a uno el espíritu de sacrificio y entrega demostrada desde que se desató la pandemia en el país.
“Tuvimos la fortuna de recibir una donación llena de energía de
Mientras se entregaban los productos, un emotivo video circulaba entre los funcionarios del hospital: en la pieza audiovisual, distintos asociados del Sistema
Más de camas UTI
El número de camas con ventilación mecánica en el Hospital San Borja Arriarán creció un 500% ante la pandemia: si normalmente eran 8 las camas ventiladas, ahora son 54. Y mientras algunas áreas bajaron sus flujos de pacientes -como la atención ambulatoria y a niños-, otros servicios vieron crecer la demanda. “Todo el equipo de pediatría, por ejemplo, se fue a atender a adultos. Y el hospital se transformó en lo que hoy el país requiere: camas para atender pacientes críticos con Covid-19”, explica Jorge.
El Jefe de la Unidad de Pacientes Críticos del recinto, el doctor Álvaro Morales, agrega que son diversas las presiones que deben enfrentar a diario los funcionarios hospitalarios: a la complejidad intrínseca a trabajar con pacientes graves, se suman las jornadas de 24 horas, el uso obligatorio de elementos de protección sanitaria y la presión psicológica por las altas expectativas de atención de la ciudadanía. “De todas maneras, se ha reafirmado el valor de la salud pública en Chile”, reflexiona Álvaro.
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